Actividad 1. Eje 4
Alimentos orgánicos: Alternativa para la salud
Por: Nancy Tovar Sánchez
¿Una
moda? ¿Protección al medio ambiente? ¿Calidad de vida? Lo cierto es que los alimentos
orgánicos es una realidad en el mundo y que va en incremento, consumir productos/insumos
naturales evitando el uso de pesticidas y fertilizantes químicos,
ciertamente trae consigo un beneficio en la salud de los consumidores.
Actualmente
el mundo se enfrenta a grandes retos sociales, entre ellos y de gran relevancia
es el deterioro de la salud en la población, enfermedades que son cada vez más
agresivas y que provocan tasas de mortalidad cada vez mayores, solo por
comentar algunas encontramos en primer lugar el cáncer (en sus diferentes
modalidades), diabetes, obesidad y enfermedades cardiacas, entre otras. La
cultura orgánica en los comestibles se ha convertido en una realidad y en una
alternativa del cuidado de la salud, ya que al no estar presentes los
pesticidas y fertilizantes químicos en los alimentos, se evita de alguna manera
que entren en nuestro organismo, sustancias que no puedan ser procesadas o
digeridas de la manera correcta y que a la larga puedan ocasionar algún daño en
nuestro cuerpo.
Si bien,
la ventaja principal del consumo de estos alimentos es la salud, no se puede dejar
de lado el cuidado del medio ambiente, ya que al no usarse químicos en la producción
de los mismo, la contaminación del suelo y del agua se reduce, algunas opiniones
afirman que incluso el sabor de las frutas es completamente diferente, sin
contar que es posible incluso comerlas con cascara con una mayor seguridad, ya
que las frutas comunes han sido regadas en su mayoría con aguas tratadas o
procesadas con algún químico.
Con
respecto a la carne, por ejemplo, el pollo se alimenta con granos y no se
utilizan hormonas de ningún tipo para incrementar su peso y tamaño, los
expertos afirman que el hecho de ingerir comestibles cárnicos o lácteos con
hormonas, está relacionado con el incremento de cáncer de mama y colon.
Ahora
bien, para el caso de México el consumo de estos alimentos aún no se ha
extendido demasiado, pero si se ha observado incremento anual de 45% en su
producción, de la cual el 85% se comercializa en el extranjero. Según la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), del suelo mexicano
se obtienen más de 200 millones de dólares en comestibles orgánicos al año, y
aun cuando el costo de estos productos puede triplicar al de aquellos
“regulares” que se utilizan en las mesas nacionales, la calidad y sabor de los
primeros es superior, según lo afirma la nutrióloga María Fernanda Díaz Laredo,
adscrita a la Dirección de Educación Continua de la Universidad Iberoamericana
(UIA), en la Ciudad de México, quien comenta que los alimentos orgánicos
han sido bien recibidos en México, aunque debido a su alto costo no están al
alcance de toda la población.
A
nivel nacional se sabe que Chiapas y Oaxaca son los principales estados
productores y exportadores, pues se encuentran a la cabeza de la lista con 43%
y 27% de la producción nacional total, respectivamente. El principal cultivo de
este tipo es el café, pero también se recurre a otros, como hierbas
medicinales, especias, leche, maguey, maíz azul y blanco, mango, manzana y
naranja.
A
continuación se describe la manera en
que se producen algunos de los alimentos orgánicos que se consumen en México (información
de The Greencorner, considerado primer concepto de mercado, cafetería y tienda
orgánicos en México):
- Lechuga. Se produce con materia orgánica tratada, sin químicos ni fertilizantes, y se le riega con agua no contaminada.
- · Jitomate. En algunas ocasiones la semilla se importa, y la fertilización se logra mediante el uso de harinas de cabeza de camarón y caparazón de jaiba. Para el control de plagas se combinan insumos biológicos, extractos, trampas y control manual; por ejemplo, para mantener al margen a los insectos se utiliza extracto de chile, mientras a los hongos se les aleja con cebolla y ajo. Su tamaño es menor, el color es más rojo y realmente sabe a jitomate, no a agua.
- · Queso. En primer lugar, las vacas son alimentadas en forma natural con la finalidad de mantenerlas en buen estado de salud y evitar que se les administren antibióticos u hormonas del crecimiento. Así, mientras el queso común es alto en grasas saturadas, el orgánico (proveniente de la leche de estas reses) contiene mayor cantidad de calcio, omega 3 (ayuda a reducir colesterol y triglicéridos de la sangre) y vitaminas A, D y E.
- · Jamón. Se elabora con 100% carne proveniente de animales alimentados de manera orgánica, en tanto el tradicional es 30% carne y el resto está constituido por harinas, grasa y aditivos.
- · Leche. Como señalamos, las vacas se crían con métodos naturales y orgánicos, lo cual posibilita que el producto contenga más proteínas.
- · Carne. Su secreto radica en el buen trato hacia las reses, lo que deriva en que tenga menos grasa y se encuentre libre de residuos tóxicos procedentes de anabólicos (aumentan el volumen de los músculos), antibióticos u hormonas. Asimismo, el bienestar y vida libre de estrés da lugar a productos cárnicos de alta calidad, los cuales sólo se procesan de animales jóvenes.
- Manzana. Su cultivo requiere suelo rico y fértil; los nutrientes bajo tierra son importantes, así como las compostas naturales (fertilizante hecho con desperdicios de alimentos). Las barreras, policultivos (sembradíos en que se colocan vegetales de diferentes tipos que colaboran entre sí contra las plagas) y repelentes naturales sustituyen a los pesticidas, y el tiempo exacto de la cosecha, así como la calidad y esmero en su selección, empaque y transporte, son fundamentales.
- Moras. Frambuesa, zarzamora y moras son como las orquídeas del mundo orgánico, pues se cultivan en invernadero. ¿El resultado?: tamaño, color, madurez, forma, sabor y apariencia espectaculares.
- Café. Se produce bajo sombra, es decir, intercalado con árboles de naranja, plátano, limón y aguacate. Se rige por normas internacionales de producción e industrialización, respetando el ambiente tropical.
Al
comprar alimentos orgánicos, se recibe seguro de calidad del producto
por medio de certificado expedido por determinada agencia especializada. En
México operan 15 compañías de este tipo que sólo pueden dar su sello una vez
que el comestible haya pasado estrictos estándares de calidad. Entre las más
conocidas encontramos a Certimex, Ocia y Cucepro (todas ellas de México), IMO
Control (Suiza), QAI (EU), Bioagricert (Italia) y las alemanas Naturland,
Demeter, Ceres y BCS.
Debido a
las técnicas aplicadas durante su elaboración y la rigidez en su certificación,
los productores orgánicos incurren en costos mayores que los convencionales;
por ello, estos alimentos tienen, por lo general, precio más elevado.
Existen en
el mercado productos caseros, artesanales o naturales, pero esto no quiere
decir que sean orgánicos. Al
respecto, sólo aquel que ostenta la etiqueta o sello de “Comercio Justo”,
“Orgánico” (si es de México), “Bio” (de España), “Agriculture Biologique”
(proveniente de Francia) u “Organic” (cuando es estadounidense) es orgánico.
Así que, si bien en este saludable boom que ahora vivimos, muchas compañías han
elaborado su propio logotipo para informar que su producto es natural, pero no
hay que dejarse engañar.
"Todos
los alimentos deben ser inocuos, es decir, no producir enfermedad. Se busca que
la sanidad sea perfecta y se le agrega la calidad. Entonces, se buscan las
características alimenticias óptimas (sabor, textura y olor) y que tenga
trazabilidad, es decir, seguir el alimento desde la semilla hasta la góndola;
desde la gestación hasta la manufactura. Y eso es lo que se garantiza con la
certificación orgánica", sostiene el doctor Roberto Rapela. Por lo tanto,
para el consumidor la garantía de veracidad reside en el sello de los
productos.
Por último,
podemos concluir que la discusión no se centra en lo orgánico versus lo convencional,
ya que existe gran controversia entre si uno es más sano que el otro, pero sin
duda, aquel que ha sido producido sin el uso de agroquímicos u hormonas de crecimiento
puede resultar más confiable para su ingesta, sin embargo, en el mundo actual, es muy
difícil que se dejen de usar transgénicos y agroquímicos, lo importante radica
en que la población, dentro de sus posibilidades, pueda elegir la calidad de
los alimentos que consume.
Reflexión
Personal:
Tome la decisión
de abordar este tema, ya que es lo personal esta haciendo un cambio en mi alimentación,
lo cual fue impulsado por la responsabilidad que tengo de mis hijos, los cuales
están viviendo en un mundo en el que cada vez está más deteriorado en todos los
sentidos, pero el más preocupante es el del daño al medio ambiente y a la
salud, ya que México ocupa el primer lugar de obesidad infantil en el mundo, lo
cual me hace reflexionar acerca de lo que están consumiendo mi familia y
trabajar en realizar un cambio, que aunque no es fácil, es posible.



